Para quienes no vivimos en Mar del Plata y nos gusta mucho el cine, la propuesta no puede ser mejor. Visitar la ciudad en esta época del año permite contemplar una belleza que pasa absolutamente desapercibida cuando se trata de los momentos de temporada alta, pero sobre todo, el viaje implica la liberación de las responsabilidades cotidianas y de las obligaciones que la rutina diaria nos pone sobre los hombros. Ir a Mar del Plata significa deshacerse de todo eso y focalizarse en una sola cosa: mirar películas, una tras otra. Entre medio, tal vez una caminata por la playa, como para airearse un poco, sea la mejor opción.
Lo cierto es que este pasado jueves 6 de noviembre, regresando a su fecha calendario tradicional tras unas cuantas ediciones desarrolladas en el marzo -no estaba mal tampoco-, se inauguró el 23 Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Y se extenderá por diez días, o sea, hasta el 16, así que aún hay tiempo de tomar la decisión y animarse a pasar unos días en "La Feliz", cuando realmente la ciudad hace honor a su apodo.
En esta ocasión, como suele suceder también en BAFICI, la exuberante e inaccesible propuesta de más de 400 películas (entre largos, cortos y mediometrajes) provenientes de distintos lugares del mundo implica un desafío sobre todo para el espectador, que deberá construirse para sí mismo un trayecto que le permita abordar diferentes narrativas, géneros y estéticas o lo que le interese, sabiendo que muchos de los filmes que elija no mirar, probablemente nunca más pueda volver a encontrárselos.
Para hacer más tentadora la oferta: entradas baratas, 6 pesos en general, 4 para estudiantes y jubilados. Y un homenaje a Leonardo Fabio, con proyección de Aniceto incluido. Más info: www.mardelplatafilmfest.com.
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