Porque no sólo disfrutamos de las bandas independientes que pasan por Estudio Urbano, o que difundimos por Estudio Urbano Radio todos los jueves, debemos hacer honor a una visita lujosa en Buenos Aires. Ayer por la noche, en El Teatro de Colegiales, un artista complejo, oscuro y fascinante se paró frente al escenario y ofreció un concierto para el deleite. Estamos hablando de Tricky, para quienes no lo conocen, toda una experiencia.
Nacido en Inglaterra y uno de los fundadores de Massive Attack, Tricky es a la vez uno de los ideólogos del trip-hop, un género ecléctico, que fusiona sonidos provenientes de diversos estilos, como el rap, soul, la electrónica, el rock, algo de reggae, algo de jazz también. La visita, sorpresiva por cierto, no fue muy difundida. Sin embargo, la sala estaba repleta.
Antes de su ingreso al escenario, ya se podía percibir en la atmósfera la energía que precede a los grandes recitales. Ese cosquilleo. La insólita voz de Phil Collins, de repente, invadió al teatro, mientras se hacían sentir algunos chiflidos, las cortinas se corrieron y Tricky, junto a su banda, apareció en escena. Se puso de espaldas a la gente mientras la base de Sweet Dreams (ese famoso y ya cansador tema de Eurythmics), cada vez más distorisionado, se desparramaba ante el auditorio. Y de inmediato, todo se transformó: los beats del trip hop, los cortes, subidas y bajadas de tonos, los sonidos oscuros, los susurros, la tensión, se instalaron con contundencia.
Tricky dirige cada acorde, cada mínimo sonido que se escucha, como director de orquesta decide cuándo ingresa el bajo, cuándo se va, cuándo aparecen los teclados o las guitarras. Pero además, tiene una personalidad arrolladora y recargada de seducción. Hizo de todo: se bajó del escenario y abrazó a los espectadores, y en el momento más intenso de un recital abrumador, invitó al público a subir al escenario y "rockanrrollear" con Ace of spades, un temazo de Motorhead.Ni tuvo necesidad de tocar sus principales hits (por ejemplo, Evolution Revolution Love) y además, mostró que un verdadero artista, convencido de lo que es y lo que hace, en vez de alejarse y temerle a la gente, se une a ella, la desafía, y la provoca, todo a través del infinito y maravilloso poder de la música.
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